Emily, la madre de George, trabaja como restauradora de arte y es asignada para realizar un trabajo en el museo Egipcio de El Cairo. A su vez Ben, su esposo y padre de George colabora con la creación de un sistema de rastreo para monitorear las piezas del museo, por lo que los tres viajan a Egipto. Allí conocen a Valeria, una amable pero sospechosa dueña de una galería que le regala una pequeña estatuilla a George como bienvenida. En el museo George conoce a Isis, su nueva amiga egipcia y guía personal, que lo sumerge en el mitológico mundo de faraones y jeroglíficos y quien a su vez tiene una estatuilla similar a la suya. Lo que George no sabía era que muy pronto iba a tener un encuentro cercano con los misterios y poderes de los antiguos dioses y que desenmascararía las macabras intenciones detrás de este enigmático viaje.